Contábamos que el día 22 de septiembre seria una buena fecha para todos estos menesteres y así el día 29 de septiembre hacer la vendimia con tiempo y sin agobios ya que Bravo tenía mucho trabajo y yo estaba de viaje por Inglaterra intentando vender una botella de vino.
Luego nos dimos cuenta de que el término “vendimia” es igual a agobio y trabajo bajo presión.
Así que el día 19 mientras yo estaba en mi viaje de trabajo en Londres, Bravo me informo que había realizado análisis de uva y había que recoger el día 22 sin falta!!
Por tanto, podemos decir, que empezaba la locura, porque de un día para otro, había que gestionar los vendimiadores, cajas, transporte de uva, recoger hielo seco, una botella de carbónico, tinas, despalilladora, levaduras… Vamos que debíamos hilar muy fino si queríamos hacer la vendimia.
Con todo el viernes, recién llegado de Londres y desde las tres de la tarde empezó la locura. Debo reconocer que si no es por Rocío, mi chica, hubiera acabado loco. Me estuvo acompañando a por todo en la furgoneta y luego ayudándonos en la bodega para poder terminar a tiempo la preparación del “chiringuito” , donde el señor Fernández Senior, mi padre, estuvo ayudando, y así estar listos para la recogida de uva, que seria el sábado por la mañana. Terminamos el dichoso viernes con una botella de vino de Uruguay que estaba muy bueno, acompañado de un delicioso ragout de ternera que mi madre había dejado preparado, y ahí puedo decir aquello de ¡Joder cómo me guisa mi madre! Bravo a su casa que su niño esta malito, vaya paliza se esta dando el tío….
Para mas INRI nos llaman y dicen que las uvas estarán vendimiadas y en cajas para recogerlas a la una de la tarde ¡¡¡LOCURA!!!
Los Panderetas en una furgoneta a Mentrida a por la despalilladora de los buenos amigos de Bodegas Canopy (Belarmino y Chacón, que tíos mas grandes!!!), parada técnica en Madrid a por las levaduras que nos había conseguido Héctor (otro Crack) y vuelta a Patones. Se me olvidaba, llegamos a las 13:40 a por la uvas, por tanto los vendimiadores ya estaban en casa L y nos habían dejado las cajas en el viñedo, así que Bravo y Javi se subieron las cajas de uva a la furgoneta para su trasporte a bodega, espolvoreado antes cada caja con un poco de metabisulfito potásico y tanino, para evitar fermentaciones y oxidaciones durante el transporte y así tener la uva perfecta antes de meterla en el deposito.